Cuenta Ana Gallardo que en el estado de Oaxaca, en México, la gente asiste a un santuario ubicado en la sierra, sobre la carretera, para pedir favores a una Virgen. Sus pedidos los realizan mezclando agua y tierra del lugar. Dejan sus estatuillas unas sobre otras, encimadas y a la intemperie.
Cuando se deshacen por la lluvia, cada objeto regresa a la tierra llevando el deseo de las personas.
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