viernes, 2 de junio de 2017

Redoblar esfuerzos

Ponerse de acuerdo entre dos personas a veces es difícil. Ponerse de acuerdo entre cinco o diez personas, suele ser complicado. Entonces, podemos imaginar que lograr un acuerdo internacional entre más de doscientos países no es tarea sencilla. El Acuerdo de París significa el coronamiento de décadas de esfuerzos que, podríamos decir, comenzaron con la 1ª Cumbre de la Tierra que tuvo lugar en Estocolmo en 1972. Estamos hablando de más de cuatro décadas de reuniones, convenciones, protocolos, tratados y cumbres internacionales para acordar un plan de acción, porque está bien juntarse a charlar y ponerse de acuerdo pero después hay que hacer algo. Hay objetivos que deben ser cumplidos y ese cumplimiento debe ser medido.


La decisión de la actual administración de EE.UU. de retirarse del Acuerdo ignora, así, estos más de cuarenta años de esfuerzo ininterrumpido de científicos, diplomáticos, activistas, profesionales, educadores, amantes de la naturaleza y gente respetuosa y considerada con nuestro hogar.

En estas más de cuatro décadas de charlas internacionales, la emisión de gases de efecto invernadero no hizo más que seguir aumentando. La consecuencia inmediata de este aumento impacta directamente en los patrones climáticos: el promedio de la temperatura global aumenta, se derriten los glaciares y las zonas congeladas, se ponen en peligro las reservas de agua dulce, aumenta el nivel del mar, el clima se vuelve irregular, peligra la producción de alimentos, las zonas bajas tienen más probabilidades de sufrir anegamientos. Estas son sólo algunas de las consecuencias del aumento de estas emisiones.

Top 10 de las emisiones globales (fuente: World Resources Institute)

Una de las virtudes del Acuerdo es que atribuye responsabilidades a cada país según el porcentaje de emisiones. Entre EE.UU. y China suman casi el 40% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. El Acuerdo exigía la ratificación de 55 de los 197 países que lo firmaron para su entrada en vigencia (o bien, que se alcanzara el 55% del total de las emisiones globales). Luego que Obama y Xin Jinping se estrecharan las manos en septiembre de 2016, rápidamente se llegó a que fueran 147 los países que ratificaran el acuerdo, alcanzando el 83,6% del total de las emisiones. De esta forma, los países se comprometen a implementar medidas y destinar recursos para reducir sus propias emisiones. Son, sobre todo, los países más industrializados los que se comprometen a prestar ayuda económica a los países con menos recursos.

El total de la población de EE.UU. representa el 4% del total de la población mundial, pero ostenta el récord de ser el país que más ha contaminado en toda la historia. Actualmente, es responsable de casi una quinta parte del total de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Luego de esta decisión, que por fortuna recibió la desaprobación de todos los que vienen trabajando duramente para lograr compromisos internacionales de cumplimiento efectivo, no nos queda más que redoblar esfuerzos.

A seguir trabajando.

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